La ermita de San Antón, patrón de los animales, se sitúa en la plazoleta a la que da nombre. Fue construida a base de ladrillo, mampostería y tapial en el siglo XVI.
En la fachada, sobre la puerta, aparece una inscripción en latín que nos recuerda que el templo fue restaurado, aumentado y embellecido a expensas de la propiedad y generosidad de los habitantes del pueblo en honra y alabanza de San Antonio Abad en el año 1788.
El interior es de una sola nave, con presbiterio y coro alto. Forma un conjunto armónico con la austeridad propia de la devoción al santo ermitaño y acorde a la naturaleza rústica y popular de sus devotos.
En torno a la ermita se sigue celebrando la bendición de animales en la fiesta homónima, la cual tiene lugar el 17 de enero, formando parte de los llamados «Santos Viejos» en Manzanares.
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